Bartolo

Bartolo, marzo de 2005

Toda la gente de nuestro pueblo fue asesinada en la masacre. Mi madre fue asesinada. Mis abuelos ya habían fallecido. Nuestra aldea original, Yalamopoch, fue quemada. Nuestra casa fue incendiada. Ya no está, no existe. Nosotros escapamos con mi papá. Nos llevó tres días llegar a México. Nos fuimos con mucha gente por las montañas, no hay camino. Avanzábamos día y noche, escalando. Nos estábamos escondiendo del Ejército en las montañas.

Cuando llegamos a México, no nos recibieron bien, pero nos permitieron quedarnos. Antes de esta guerra, mi padre iba de vez en cuando a trabajar a México. Así que ya tenía algunos amigos ahí. Vivimos en un campo de refugiados, lejos de los mexicanos. Vivíamos en una casa junto con mucha gente, talvez unas diez personas. Estábamos bien amontonados. Las casas estaban muy cerca unas de otras. Fui a la escuela primaria y cursé un año de secundaria ahí.

Mi padre, mis tíos, la gente que se fue a México, todos me dijeron lo que había pasado. Yo no vi qué había pasado, pero ellos hablaban sobre eso. Es muy triste. Me afectó mucho porque no tenía mamá. En México hablábamos mucho sobre esto, pero, bueno, sólo hablábamos entre los refugiados, no con los mexicanos. A veces es mejor no… preferimos no hablar. Porque es triste, es doloroso.

Regresamos a Guatemala porque mi papá es un líder, una persona importante, él organizaba a los refugiados.

Regresamos el 13 de enero de 1993. Lo que pasó fue que la Comisión Permanente organizó el retorno de los refugiados a Guatemala. La Comisión Permanente fue organizada en México, para todos aquéllos de nosotros que habíamos vivido en Tescado.

Nos reunimos en Comitán. Nos pusieron en Quintana Roo, Campeche y Mérida. Después nos reunimos el 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19 y 20 de enero. Y el 20 de enero salimos de Comitán. Llegamos a La Mesilla el mismo día y nos quedamos a dormir en Huehuetenango. Así que el 20 de enero regresamos. Cruzamos la frontera de México y entramos en Guatemala.

Y donde vivo, mi aldea se llama Victoria 20 de Enero, porque cruzamos la frontera de México el 20 de enero de 1993. Fuimos el primer grupo de retornados.

Yo tenía trece años. Estaba triste porque no quería venir pues no estaba acostumbrado a Guatemala y las cosas iban bien en México. Estaba estudiando mecanografía y cómo hacer zapatos y joyería.

Yo lloraba y mi papá lloraba también. Los dos estábamos muy tristes. No queríamos regresar a Guatemala porque es muy violenta. El mes pasado estaba leyendo en el periódico que Guatemala es el cuarto país más violento en el mundo. Es preocupante, pero así son las cosas.

Mis tíos no regresaron a Guatemala porque tenían miedo. Ellos todavía viven en México.

Entonces, yo estaba en la secundaria cuando llegamos aquí a Guatemala. Estudié los básicos en el IGER [Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica], por correspondencia, porque no teníamos dinero para estudiar en un colegio. De modo que así fue como estudié. Estudié dos años en el IGER. Terminé tercero básico y el año siguiente estudié magisterio en un internado. Estudié ahí por tres años. Después de los tres años, me gradué de maestro bilingüe en español y k’iche’.

Pero ahora estoy muy contento de vivir en Guatemala. Soy un ciudadano guatemalteco. Estoy esperando recibir mi diploma y mi licencia. Estoy ansioso. Lo importante para nosotros es sobreponernos a nuestra historia. Ser profesionales. Ésa es nuestra esperanza.

Entre los estudiantes se hablan cosas. Sí, hablamos sobre cosas superficiales. A veces hablo con personas que tienen una situación similar. Pero hay muchos estudiantes que tienen realidades diferentes. Talvez un estudiante que se quedó en Guatemala o se fue a otro país, no es como mi situación porque mi familia se fue a México y regresó.

Pero hablar de la guerra es un poco peligroso. Porque a veces la gente que habla mucho sobre las historias puede ser que resulten asesinados. Entonces, lo mejor es no hablar con cualquier persona… ¿cómo lo digo? No podemos hablar sobre esto cuando un soldado o ex soldado está presente. Decimos que talvez el militar nos va a decir ahhhh… fueron los soldados los que asesinaron a la gente… Así que no hablo sobre la situación. Debes ser cuidadoso en público. Es un poco peligroso.

Me gusta estudiar. El estudio abre nuestras mentes para ver las cosas con objetividad y por esa razón me ha gustado. Y es la única forma de salir adelante… no podemos vivir como lo hacíamos en las aldeas; un hombre de quince años ya tiene mujer. Yo tengo veinticinco años y no tengo esposa.

Pero creo que nosotros, los profesionales, vamos a hacer la diferencia en el futuro. Sí, ésta es la esperanza y creo que tenemos que hacerlo. Por eso estoy estudiando inglés, quiero ser profesor. Ahora estoy estudiando leyes en la universidad. Me inscribí para estudiar en la Universidad de San Carlos con el apoyo del programa (FEPMaya). He estudiado en el 2001, 2002, 2003, 2004 hasta ahora.

Ahora quiero prepararme para ser alguien importante. En el futuro. Por eso quiero aprender otros idiomas. Voy a seguir adelante. Espero poder estudiar en otro país. Dentro de uno o dos años tengo que escribir mi tesis y entonces habré terminado.

Espero escribir un libro sobre mi historia. Espero escribir mi libro.