B’alam

Puedo saber si alguien es maya o ladino simplemente porque puedo sentirlo. A veces los mayas tratan de actuar más como los ladinos. Algunas mujeres mayas profesionales no se visten de la manera tradicional. Es más barato usar ropa normal que usar la maya, porque tenemos que hacerla y, si no podemos, tenemos que comprarla, pero cuesta miles de quetzales. Es muy cara y ni siquiera tenemos suficiente dinero para comprar comida. Por eso es que algunas personas tratan de usar ropa barata para sus hijos. Pero ellos [los niños] crecen con esta ropa y entonces su mentalidad ya no es maya. Porque si usan pantalones de tela o de lona, entonces ven en las tiendas y eso es lo que quieren comprar, están más automáticamente, están siendo… como los ladinos. Son ladinos. Pero a veces no piensan sobre esto, simplemente lo hacen. No piensan si es bueno o no, simplemente lo hacen.

En la universidad 99% de los estudiantes son ladinos. Yo puedo decir quiénes son los estudiantes mayas, pero no todos pueden. Pero la cosa es, nosotros no hablamos sobre nuestra cultura. Nosotros sabemos, nos sentimos mayas, pero estamos bloqueados.

Pero actuamos como ladinos porque tenemos miedo y crecemos con esta mentalidad a causa de nuestros padres. Ellos están pensando en enseñarnos español cuando somos pequeños, porque no quieren que suframos. Ellos quieren que sobrevivamos, que seamos felices.

Pero si yo tengo hijos voy a enseñarles mi idioma. Pero soy uno entre miles de mayas, porque pienso así, porque reconozco el valor de la cultura y he investigado nuestros orígenes, lo que hicimos en el pasado. Somos totalmente diferentes de lo que habríamos sido, sin los españoles, el ejército y siendo forzados a convertirnos en esclavos. En 500 años no tuvimos tiempo de hacer crecer nuestra ciencia, nuestro conocimiento, nuestra espiritualidad, porque fue cortada, cortada, cortada!

Nosotros inventamos el cero, y los europeos no tenían el cero en esa época. Así tenemos un calendario exacto. Tenemos matemáticas y ciencias. Incluso ahora no sé mucho sobre mi cultura. Vivo aquí y todavía no entiendo muchas cosas. Los turistas vienen aquí para las vacaciones, no para aprender. Toman fotografías y eso es todo, como si fuera una cosa exótica. ¿Cómo piensan los turistas que pueden entenderlo en unos cuantos meses?

Desde que era chiquito no jugaba juegos ni nada. Empecé a trabajar cuando tenía cinco años. Era un pequeño agricultor. Y después estaba con mi abuela en la tiendita que tenía en el mercado. Viajábamos comprando cosas de un lugar y de otro, y sobrevivíamos de esa forma. Después tuve un padrastro y él no nos quería, y me puso a mí y a mi hermana en la finca. Ella era una agricultora, trabajando como un hombre cuando era chiquita. Nos separó, yo estaba como a un kilómetro de mi hermana en otro lado de la montaña. Y estoy traumado porque vi culebras o algo y tenía miedo, porque sólo tenía cinco años.
Podíamos sembrar nuestra comida, pero teníamos que trabajar para esos ladinos que nos daban un pedazo de tierra para vivir, pero teníamos que trabajar desde las 6:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, sin hora de almuerzo. Yo sólo comía mi desayuno y mi cena. Por eso soy tan bajito! Esto todavía está pasando en Guatemala, con millones de personas mayas.
Empecé a ir a la escuela cuando tenía nueve años. No hablaba español. Los maestros eran ladinos, nos prohibían hablar nuestro idioma en la escuela. Nos reíamos entre nosotros, pero no se nos permitía hablar poqomchi’. Teníamos que hablar español aunque no supiéramos ni una palabra. Teníamos clases en español y no entendíamos, y si no entendíamos nos pegaban en la cabeza con una regla.

Fui a la escuela porque mi abuela hizo todo lo que pudo para mandarme a estudiar. Pero mi hermana y mi hermano no fueron porque no tenían dinero para mandarlos. Cuando era chiquito mi abuela dijo que ya no podía pagar más mis estudios. Me dijo que buscara trabajo. Así que pregunté en diferentes escuelas privadas y públicas si podía continuar mis estudios y cuánto dinero me costaría mensualmente. Pero al final del último año de la escuela de gramática, el director de mi escuela me preguntó —fue como un accidente o un milagro— y me preguntó: ‘¿Dónde vives? ¿Cómo te llamas?’ Porque él no me conocía, pues éramos 1,500 alumnos en esa escuela. Así que en ese momento me preguntó dónde vivía, quiénes eran mis papás. Y le dije: ‘Yo no tengo padres’ y me ofreció un puesto trabajando con un dentista.

Necesitaba comer, necesitaba estudiar, necesitaba pagar la escuela. El director también estaba buscando una beca para mí porque mis calificaciones eran altas. Me dieron una media beca, pero sólo era para pagar las colegiaturas. Pero yo tenía que pagar mi uniforme, mis libros y todo lo demás.

Después conseguí trabajo en un laboratorio, y también en un estudio fotográfico, y les dije que no me pagaran, sólo que me dieran comida, y yo voy a ver dónde consigo un poco de dinero, sólo ‘dénme comida y yo voy a trabajar de gratis’. Y ellos aceptaron. Pero no querían que me volviera profesional, así que me despidieron. Después de un mes, me dijeron: ‘Ahora ya no podemos darte comida, así que tienes que irte. Ya no tienes trabajo’. Entonces ya no pude pagar mis estudios, no tenía nada de comida, y tuve que vivir en la calle otra vez.

He vivido solo desde que tenía 11 años. Tuve un maestro que me dijo que me fuera a vivir con ellos, que ellos podían ayudarme y darme de comer, ‘Porque eres buen estudiante deberías terminar tu carrera’. Pero me sentí —cómo se dice— sin dignidad, como si estuvieran insultándome mucho. No lo hacían! Pero yo lo tomé así. No acepté, le dije: ‘Gracias, muchas gracias, pero tengo manos, soy listo, y puedo conseguir un trabajo. Me encanta aprender y ser estudiante, y gracias por ofrecer ayudarme. Pero creo que voy a cambiar mi vida, en este mismo momento’.

Y agarré mis cosas y me fui de la escuela. Salí de Cobán y vine a Antigua. Lloré por cuatro horas en el camino de Cobán a Antigua. Conseguí trabajo aquí. Pensé que talvez podía encontrar trabajo con alguna organización porque hablo dos idiomas mayas y español y en esa época también aprendí un poco de francés e inglés. Terminé la secundaria por correspondencia. Empecé la universidad en 2002, estoy estudiando relaciones internacionales. Me gusta porque es muy completo, porque sabes un poco de todo en el mundo, economía, países, todo.

He tenido muchos amigos de Europa, pero no tenía amigos mayas. Solía tenerlos en Cobán cuando era chiquito, pero cuando vine aquí todo cambió. Quería conocer a los europeos, la gente blanca, cómo piensan, cómo ven el mundo, qué piensan de los mayas, y descubres que ellos ven las cosas de una manera totalmente diferente que nosotros. Talvez es normal, porque no puedo decirle a la persona blanca cosas de su propia cultura, y es lo mismo conmigo. Ellos sólo pueden tener una opinión de nosotros, pero no nos conocen.

Alguna gente blanca creció con este enojo, este racismo. Odian a los mayas. Piensan que somos feos, piensan que no somos nada y quieren vivir en un país sin nosotros. A ellos les enseñaron a estar enojados, les enseñaron a odiar. Y después les mostraron: ‘Tú puedes hacer esto. Ellos no son nada, son indios, son el enemigo que debes odiar’. Así es como les lavaron el cerebro. Después se vuelven locos. Para mí esto no es normal.

Estas actitudes todavía existen. Cuando vamos a la parte moderna de la capital, dicen: ‘Ewww, esta ciudad, esta parte ya no es buena porque hay indios’. Y eso nos dice que nos odian. Una vez fui a una discoteca moderna con Emilia y no nos dejaron entrar. Nos dijeron: ‘No, no pueden entrar, tienen que venir con ropa formal’. Pero Emilia estaba usando prendas mayas formales y muy costosas. Porque tenemos diferente ropa de la que ves a diario y de la que se usa en una fiesta, la nuestra es de mejor calidad y más cara. Ella iba vestida muy elegantemente, y no la dejaron entrar, sólo porque era maya. Una mujer puede ser doctora, abogada, cualquier cosa, y puede ser tratada de esa manera sólo porque es maya.

Durante la violencia los soldados torturaron a las mujeres, les cortaban los senos, y si una mujer estaba embarazada le sacaban al bebé y luego los mataban a ambos. Hicieron cosas que ni te imaginas que alguien pueda hacer. A los soldados mayas que estaban en el ejército los obligaban a hacer estas cosas. Sabes, algunos jóvenes se suicidaban después de hacerlas. Ya no podían seguir viviendo después de lo que habían hecho.

Finalmente, ahora estamos empezando a escribir la historia. La gente que hizo estas cosas todavía anda por ahí, el ejército todavía está, el gobierno todavía está, y las víctimas todavía están, pero tienen miedo de hablar. La pura verdad está aquí, pero sólo hay unos cuantos libros donde se habla de lo que pasó realmente.